Se han pasado estos años como un parpadeo, que es, si cabe, una forma mucho más sutil de medir el paso del tiempo sobre las cosas que los habituales suspiros.
Un parpadeo: como las olas cuando bendicen la arena, el sonido de un yunque, un repiqueteo de nada, el aleteo de una cortina mecida por el viento, el aplauso de una paloma que levanta el vuelo, el baile de un columpio, que viene y que va.
Un parpadeo: lo que dura la frase que iba a ser un verso, el canto de un mirlo, una promesa de amor eterno, el vuelo de una pompa de jabón (solo ella conoce el secreto que lleva en su interior y de pronto: se fue con ella, en un parpadeo).