"La vida es mirar. Como el espacio del campo exige paisaje, el hombre exige cosas que ver, que tener delante, que tener alrededor" (1)
Entre nuestras vivencias y la forma de escribirlas medra la forma de verlas. Esta analogía entre la forma de escribirlas y como las vivo, en la realidad o en la imaginación, precisa muchas veces -casi siempre- de la visión de esas analogías a través de un objetivo fotográfico.
La cultura visual es una forma profunda de reflexión, la ilustración fotográfica genera constantemente un discurso literario que las explica, no, que las interpreta mejor dicho, en forma de vivencia personal. La realidad y la imaginación se confunden siempre a través de los 35 mm. de una película. Un escritor en muchos casos, en mi caso al menos, no es un pensador, ni lo pretende ser, es un "mirador" de la vida.
Ver las cosas de forma diferente a como se tomaron, es una de las virtudes de un negativo fotográfico. De repente, la luz, el matiz, las sombras, el mágico instante del click añade la complejidad necesaria para que esta mirada, a través de una fotografía, encuentre misteriosas analogías entre la realidad y la imaginación. Entre lo que se ve y lo que se quiere ver. Entre lo que es evidente y lo que resulta abstracto en la mente y que se concreta mágicamente en una historia en mi cabeza.
En el día mundial de la fotografía quiero agradecer a todos los fotógrafos anónimos (que pierden el reconocimiento expreso a su obra en mis entradas) su trabajo, pues sus fotos las encuentro en la red. Desearía poder reconocer uno a uno su trabajo. Así lo procuro.
(1)Ramón Gómez de la Serna, Automoribunda, Buenos Aires, Sudamericana, 1948, página 641.