AL COMPRADOR INDECISO
Si los cuentos que narran los marinos,
hablando de temporales y aventuras, de sus amores y sus odios,
de barcos, islas, perdidos Robinsones
y bucaneros y enterrados tesoros,
y todas las viejas historias, contadas una vez más
de la misma forma que siempre se contaron,
encantan todavía, como hicieron conmigo,
a los sensatos jóvenes de hoy:
¿Qué más pedir? Pero si ya no fuera así,
si tan graves jóvenes hubieran perdido
la maravilla del viejo gusto
por ir con Kingston o con el valiente Ballantyne,
o con Cooper y atravesar bosques y mares:
Bien. ¡Así sea! Pero que yo pueda
dormir el sueño eterno con todos mis piratas
junto a la tumba donde se pudran ellos y sus sueños.”
Fragmento de: “La isla del tesoro”. Robert L. Stevenson.
Mañana se celebrará el aniversario del nacimiento de Robert Louis Stevenson y a mi me parece mágico, un sueño, que coincida en el tiempo con la llegada de la sonda espacial Philae a la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko después de viajar por el Sistema Solar a 510 millones de kilómetros de distancia de la Tierra.
Stevenson soñó un Mar y con él unos personajes, y por su sueño creó una hermosa, fabulosa y emocionante historia de aventuras, quizás de las mejores de la literatura de todos los tiempos. A su lado el gran Julio Verne sólo fantaseó. La maravilla de Stevenson, sin embargo, nació desde la más absoluta realidad. Cualquiera podría imaginarse hoy que Jim Hawkins, Long John Silver o Smoller en realidad existieron una vez. Cada uno de ellos se hicieron verdad en el pretérito de Stevenson porque él los hizo posibles al soñarlos con detalle. Y al transcurrir de los años, hoy mismo en mi cabeza, se hacen absolutamente creíbles.
¿Quién podría vivir sin historias?. Lo sucedido y lo presenciado, lo que nos contaron más lo que soñamos, todo se apila, se parapeta junto con nuestros afectos para crear la columna de nuestra memoria, mitad verosímil, mitad fantasiosa.
El hombre ha soñado hoy un Espacio. Ya nadie podrá decir que Rosetta y La Hispaniola no son la misma cosa.