El sencillo gesto de cortar el cordón nos pone en el camino. Somos nómadas desde el minuto uno del nacimiento. Buscamos inicialmente el calor de nuestra madre y luego afrontamos la vida en la condición de infatigables exploradores: el alimento de cada día, el trabajo que nos realice, la persona con la que compartir la búsqueda del día siguiente.
Buscar, buscar, buscar. Salir a la calle una mañana decididos a encontrarnos de frente con nuestro futuro, y mirarlo a la cara y enseñarle los dientes. Y apenas has creído que lo hacías, que le habías vencido, cuando te das cuenta que debes seguir peregrinando , en un eterno camino de búsqueda incesante. Y ese es el misterio, y no otro. Se representa en nuestra vida el resumen de nuestra especie. En la condición del individuo itinerante está representada la Humanidad, buscadora entera, desde sus orígenes, desde que salimos de aquella caverna; la auténtica relación entre el individuo y su especie, es su eterna condición de nómada.
Buscar, buscar, buscar. Salir a la calle una mañana decididos a encontrarnos de frente con nuestro futuro, y mirarlo a la cara y enseñarle los dientes. Y apenas has creído que lo hacías, que le habías vencido, cuando te das cuenta que debes seguir peregrinando , en un eterno camino de búsqueda incesante. Y ese es el misterio, y no otro. Se representa en nuestra vida el resumen de nuestra especie. En la condición del individuo itinerante está representada la Humanidad, buscadora entera, desde sus orígenes, desde que salimos de aquella caverna; la auténtica relación entre el individuo y su especie, es su eterna condición de nómada.
Del sueño de mi larga noche desperté a medio-día bajo los focos del quirófano de un hospital en las afueras de Londres. Lloré y rabié de miedo hasta que la luz cejó y las manos de plástico de la enfermera me soltaron. Y quedé así, aturdido y expectante frente al mundo que empezaba, en un desierto de silencio y espera. Nadie me preguntó de dónde había venido y cuando quise acordarme lo había olvidado. El deseo de recordar me persigue desde entonces.
Diario de un recién nacido, Antich Arpag