Curioso verbo español: desvivirse. Un verbo reflexivo, por eso cuando se usa se debe hacer con enorme responsabilidad, después de haberlo meditado muy bien. Alguien se desvive por algo cuando tiene ilusión en ello y se entrega denodadamente a la tarea de conseguirlo pues el prefijo desimplica la posibilidad de llegar a perder lo más preciado. Nunca es un mero intento. Todo o nada. Y a uno eso le llena o le frustra, según sea la meta: alcanzable o una fantasía. El español podrá morirse pero nadie usa (sólo Unamuno y poco) el verbo “vivirse”. Es decir, solo vive uno la vida intensamente cuando la va perdiendo de a poco por algo o por alguien.
La cooperación en países en los que impera la marginalidad, la pobreza y el subdesarrollo, reencuentra al médico con su vocación y al hombre con el compromiso moral ante sus iguales.
Esta narración que estoy empeñado en que conozcáis, está basada en un texto y en una pocas, muy pocas pero seleccionadas imágenes, que nació con carácter biográfico, un simple diario de viajes, pero que le obligó a uno a reflexionar sobre la desigualdad, la injusticia y el fracaso colectivo en el reparto de las oportunidades.
El libro que está ya en imprenta describie esas “desvivencias”. Y se llama: Ama y guarda. Un refrán castellano que con tres palabras define mi vida.
Niños en Gambo celebran la noticia de la expo y el libro.