En un día como hoy es importante recordar que nunca es demasiado pronto para educar, y que hacerlo en igualdad es una tarea imprescindible, necesaria y urgente. Nuestra obsesión (la de casa, me refiero) es la educación en igualdad pero reconociendo sus diferencias porque las tienen (estas fotos hablan mucho de cómo son).
Que labren su propia existencia desde la libertad y la igualdad, cada uno con su singularidad, claro. La diferencia no es la antítesis de la igualdad, sino más bien su complemento. Por perogrullada que resulte el único enemigo de la igualdad es la desigualdad misma.
Yo tengo mucha confianza en su generación pero, por si acaso, a ella le enseño a apretar los dientes y a él a que entienda que la igualdad es una condición imprescindible para VIVIR y CAMINAR junto a ella, paralelo a ella. Aprendiendo juntos modos y maneras, en la compañía, la complicidad y la proximidad que sólo puede desarrollarse en igualdad.
Estas enseñanzas no pueden asumirse como evidentes ni considerarse ajenas a la tarea y responsabilidad de nuestra CASA. Sin delegaciones ni traspasos de compromisos: argumentar por encima de opinar; demostrar más que señalar; subrayando con contundencia, impulsando, propiciando y defendiendo la igualdad de oportunidades.
Estas enseñanzas no pueden asumirse como evidentes ni considerarse ajenas a la tarea y responsabilidad de nuestra CASA. Sin delegaciones ni traspasos de compromisos: argumentar por encima de opinar; demostrar más que señalar; subrayando con contundencia, impulsando, propiciando y defendiendo la igualdad de oportunidades.