Queridos hijos:
Ojala me leáis dentro de unos años (y no os avergüence); os lo dejo por escrito para que os lo metáis en el bolsillo además de en la sesera. Cuando no os lo pueda recordar yo, leed.
Estirad la cabeza al andar; deambular con la mirada perdida terminará por dirigir vuestros pasos a la falta de curiosidad y de ahí a la falta de interés y por lo tanto de compromiso.
Evitar la desidia es el desafío de la vida (uno de ellos). Huid del aburrimiento, huid de la aplanadora similitud de los tiempos, las tareas y los lugares. No todo es igual, porque no todo da igual. Si hacéis de cada cosa una repetición de la anterior, si no os preguntáis el porqué, entonces perderéis la línea, el objetivo y la meta. Os marcarán los tiempos, las tareas y los lugares. Querrán de vosotros que no sintáis demasiado, que no penséis en exceso, que no os preocupéis de lo que os rodea y que no os toméis las cosas en serio.
Algo así arrasa no sólo los tiempos, también las tareas y los lugares. Os aniquila a vosotros. Lo aniquila todo.
Yo no estoy radicalmente seguro de nada y sobre muchas cosas sé menos que lo mínimo. Puedo vivir con dudas e incertidumbres varias, e incluso sin saber, pero no sin preguntarme a cada rato, por qué.
A menudo, a cada rato, mejor dicho, me demandan decenas de respuestas. Es lo que tiene que en tu currículum se certifique el saber pronosticar (parece que va en el sueldo tener ciertas dosis adivinatorias) pero la verdad es que yo solo tengo respuestas aproximadas, posibles creencias y diferentes grados de certeza sobre la mayoría de las cosas de las que hablo. No tengo que tener una respuesta para todo. No me da miedo no saber, pero me espanta no ser capaz de preguntarme a cada rato, por qué.
No hago cuenta alguna, no gasto un solo minuto, en recordar lo que he olvidado, pues si no lo tengo en mente, clara señal es de que me importaba poco . No pongo velas a ningún santo para que se haga la luz en mi memoria a cada rato que me quedo en blanco (que son cada vez más frecuentes) pero sí me da miedo cometer el pecado de caer en la indolencia, en no preguntar a cualquiera que pase a mi lado, por qué.
He probado a estas alturas de la vida (en el punto de arriba de la campana estadística) un buen número de platos, he bebido, he amado, he viajado, he leído y he escuchado, y cada vez que hago memoria sobre ello pienso que cada una de estas cosas las he hecho en un número sobradamente insuficiente. No me importa. No me angustia. Pero espero no sorprenderme a mi mismo, jamás, dejando de preguntarme, por qué.
No dejéis nunca pasar la ocasión de preguntar por qué. Prestad atención para no ser arrollados y encaminados hacia "lo igual" . Sed diferentes y sólo así el tiempo os hará ser únicos.
Os quiere:
Papá.
Nota Blogscriptum:
Papá no sabe contestar a todos los por qués, por eso dice a veces, porque sí.
Y ahora Felid Navidad de vaya Vd. a saber qué año.
Esto me gusta, espero que también a vosotros.
No dejéis nunca pasar la ocasión de preguntar por qué. Prestad atención para no ser arrollados y encaminados hacia "lo igual" . Sed diferentes y sólo así el tiempo os hará ser únicos.
Os quiere:
Papá.
Nota Blogscriptum:
Papá no sabe contestar a todos los por qués, por eso dice a veces, porque sí.
Y ahora Felid Navidad de vaya Vd. a saber qué año.
Esto me gusta, espero que también a vosotros.