Quantcast
Channel: blogscriptum
Viewing all articles
Browse latest Browse all 446

Requiem por el cine.

$
0
0
Fotografía de Susumu Yagi



Pido perdón por el plagio si digo ahora que hace 21 años,  tenía 21 años (Serrat almost dixit) Como el creador de esta frase estoy hoy aún lleno de fuerza y siento todavía hervir la sangre.

Por aquel entonces apenas fuí consciente de echar de menos al vinilo mientras cogía polvo en las estanterías de mi casa y dejé de necesitarlo, al fin, como ahora he terminado por olvidarme del disco plateado y sus carátulas.

Mi biblioteca de itunes crece a una velocidad  mayor de lo que lo hacía por entonces la de los CDs, que con el paso del tiempo y mi nueva condición social, resultó por ser un problema. Yo aporté al matrimonio siete mil pesetas de la cuenta corriente de un médico de mierda y con ellas una séptima parte de esa cantidad en discos. Fue entonces cuando mi mujer me propuso la disyuntiva:  “o yo o tus discos, porque aquí no cabemos todos”.

Entonces, se amontonaron los mil –arriba, abajo diez-  en una orgía apretada dentro de un par de clasificadores impersonales, que nunca he conseguido mantener ordenados, ni por autores, ni por géneros.  Desde aquellos días dejé de ver las fotos de la portada, dejé de leer las letras de las canciones o el diseño de la contraportada. Terminé por acostumbrarme -o simplemente me rendí- a la evidencia de 60 metros cuadrados del final de la callé de Alcalá. Fue una transición rápida y poco dolorosa, como ahora lo está siendo con los archivos de música, que se amontonan en mi ordenador de la misma forma desordenada y caótica de aquellos clasificadores, pese a los esfuerzos que por mi y mi cabeza hace Apple.

Hace 21 años, cuando tenía 21 años, gastaba mi tiempo en sesiones pendejas de cine de v.o. Fue entonces, en la oscuridad de una pequeña sala, cuando conocí a Léo Lauzon, que dejándose llevar por el mundo de los sueños plácidos, cargados de una bellísima poesía, intentaba alejarse de una violenta realidad familiar, genéticamente condenada a la locura, en un ambiente de sordidez y penurias. Decidí como Léo, entonces, en aquella sala de v.o., alejarme de la realidad a través del sueño. Aquella noche salí de la sala y volví a entrar. Quería conocer más de Léo Lauzon. A partir de aquella idealizada amistad, me enamoré cada vez que pude de una bellísima vecina italiana y quise conocer a otros domadores de palabras, de los que recopilan versos y frases para salvarlas de la destrucción, hasta que finalmente decidí hacerme uno de ellos.

Tiempo después de conocer a Léo traicioné, sólo por  una vez en mi vida, a la cordura y dejé de soñar. En aquel entonces era necesario estudiar dieciséis horas diarias para salvar una oposición. Recordé las palabras de Léo “porque sueño, yo no lo estoy” y decidí aprobar a la primera para así volver a soñar y convertirme en hijo de un tomate fecundante, como Léolo Lozzone (antes Léo Lauzon) y evitar así caer en la locura.

Hace 21 años, cuando tenía 21 años, ví una película hermosa y sí, mi vida puedo decir que cambió radicalmente. Fue en una sala de v.o. de Madrid. Pero hace años (menos) a medida que crecía mi colección de películas en DVD, dejé de visitarla.  Terminé por acostumbrarme –o simplemente me rendí- a la evidencia de otros tiempos y otras obligaciones.  Y como los CDs de música, ahora mis DVDs cogen polvo y ocupan un espacio que no lo precisa itunes.

Pero ocurre que ayer leí que esa sala, en la que conocí a Léolo Lozzone, la cierran, se acabó, no resiste más. Y siento que se cierra una etapa que nunca más volverá a abrirse, porque con aquella sala (Renoir) se cierra la oscuridad cómplice, las fotocopias de las sinopsis, y mis enredos mentales, a las 2  de la mañana, camino de mi casa, pensando en si Léolo era la mejor película que jamás había visto y si, a la vuelta de la Plaza de Cuatro Caminos, habría una bellísima italiana esperándome.

Nota Blogscriptum:
Léolo (1992) Director: Jean-Claude Lauzon ; Guión: Jean-Claude Lauzon ; Música: Richard Gregoire ; Fotografía: Guy Dufaux ; Reparto : Maxime Collin, Gilbert Sicotte, Ginette Reno, Julien Guiomar, Giuditta Del Vecchio, Denys Arcand, Pierre Bourgault, Andrée Lachapelle, Yves Montmarquette



Sinopsis
Léolo es un niño que vive en un humilde barrio de Montreal, atrapado en una sórdida existencia. Cada noche intenta evadirse por medio de los recuerdos, los sueños y su desbordante imaginación, pero la cruda realidad familiar interrumpe siempre sus fantasías: tiene un padre obsesionado por la salud intestinal de toda la familia, un hermano culturista que vive preso del miedo, dos hermanas que padecen trastornos mentales, un abuelo a quien nadie presta demasiada atención y una madre enorme que domina el microcosmos familiar. (Fuente: FILMAFFINITY)

Premios
    1992: Seminci: Espiga de Oro (ex-aequo con "El largo día acaba")
    1992: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro

A través de esta película descubrí también a Loreena Mckennitt. Este es el tema de Léolo.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 446

Trending Articles